25 mar 2009

Fin de año terrestre (Ciencia ficción)

Humanos terrestres y androides extraterrestres convivían hacía casi un siglo, desde que la Agrupación Mancomunal Estelar había decidido compartir conocimientos científicos, filosóficos y sociales para el crecimiento y bien común entre las galaxias necesitadas de las materias primas comunes para la supervivencia.
Este año querían que fuese especial, se cambiaba de era, pasaban al año 3000.
La Mancomunidad más adelantada en la técnica audiovisual se encargaba de festejar, este año la entrada del siglo. La conformaban en su 95% los habitantes de Humendea ya que dominaban la más adelantada tecnología. Tanto entes como androides habían trabajado duro para que todo estuviese listo a las 12 en punto del ciclo lunar.

Convocaron a todos a que ocuparan las zonas más elevadas de los edificios, para así estar más cerca del espectáculo aeroespacial.
La asistencia fue total. Se apiñaron en los navipuertos de las mega azoteas, con expresiones anodinas, propias de un mundo sin preocupaciones ni grandes emociones. Sin aparejamientos por deseo carnal, ni afectivo, ni procreación . Tenían suficiente con las ondas que irradiaba su traje hilomagnetizado, las cuales se programaban con sólo imaginar una escena en su cerebro. Imaginación totalmente en decadencia ya que su mente estaba educada a la eficiencia para mejorar las técnicas de la supervivencia o mantenimiento de un planeta que peligraba por falta de recursos vitales.
Empezó el espectáculo.
Un manto holográfico se extendió sobre sus cabezas, cubriendo la totalidad del firmamento. Nebulosas abstractas, de colores insulsos rodeaban la imagen pregrabada del encargado de dar la bienvenida al año entrante, siempre era el humano de mayor edad, al que se le trasmitían las tradiciones a las que estuvieron esclavizados sus antepasados, entre ellas las celebraciones a las cuales no querían renunciar los estudiosos del origen de las razas.

Empezó el espectáculo. Les cubrió un manto de variado colorido que poco a poco se fue volviendo vibrante, espectacular. Empezaron a incomodarse dentro de sus trajes ya que estos no sabían interpretar lo que describía la mente. Los colores, las chispas en el espacio se fueron sucediendo con más intensidad, acompañadas de un estruendo propio de los fuegos de artificio que estaban viendo con sus ojos y que desconocían totalmente. Invadidos por exultantes sensaciones estaban hipnotizados, arrastrados por emociones desconocidas y tentadoras. Al notar que sus trajes se rebelaban ante lo desconocido mediante descargas que les enturbiaban la nitidez de la mirada, optaron por despojarse de ellos.
Poco a poco, más de la mitad de la población del planeta Tiera, totalidad de la raza humana, se entregó con cuerpo y alma a la emoción que desataban aquellas imágenes. Allí desnudos, empezaron a sentir como eran invadidos por recuerdos, recónditos instintos, multitud de sensaciones. Se acercaron unos a otros sin poder evitarlo, a tocarse, a olerse,… a besarse, copularon sin pausa. Así permanecieron muchas horas, satisfaciendo con desenfreno esas ansias desatadas, hasta que el agotamiento acabó con sus vidas.

Dos días después la Agrupación Mancomunal Estelar hizo un electroquímico comunicado a todos los integrantes de que debían reunirse los mandatarios para reorganizar el abastecimiento de oxígeno, ya que por fin habían conseguido aniquilar al mayor depredador de esa sustancia: al humano terrestre, ese ente tan débil y esclavo de los dictámenes de su corazón y del placer de su piel, y que tan imposible les había resultado el anularles sus ansias de sentir.
25 de marzo de 2009

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