Tecleo suavemente,
con ritmo pausado y profundo.
Navego por el vaivén de las letras,
por el oleaje que las acerca
al sentir de mis yemas.
asaltan dulces recuerdos,
añorados sueños
e inalcanzados anhelos.
Con un largo suspiro
despido la congoja
que mis cómplices dedos
absorben y destilan
convirtiéndola en ansiada
y plácida serenidad.
Mayo 2010
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